LOS DÍAS DE LA NIEVE
Una costurera está a punto de terminar su último encargo: un vestido azul de mar. La persona que se lo encargó presencia estos últimos retoques. Entre puntada y puntada, la costurera rememora su vida, la evoca, la vuelve a vivir. Recuerdos de poesía, de amor y de días de sufrimiento. Una pasión histórica que murió en la cárcel, un padre fusilado en la guerra, una garganta que encierra secretos. Esa costurera se llama Josefina Manresa y, su amor, Miguel Hernández. ¿Quién espera el vestido?
Alberto Conejero construye a una mujer fuerte, con personalidad, pero con serenidad y aplomo, una mujer valiente golpeada por la vida, pero no vencida, en un relato cuya poética musicalidad es muy bien aprovechada por Chema del Barco como director de la propuesta, con Juan Vinuesa como ayudante de dirección. Ambos demuestran formar un equipo sólido y compacto, con una amplia experiencia teatral tanto en la interpretación como en la dirección, etc., son capaces de dar con el tono justo de la propuesta, ese tono que nos traslada a tiempos pasados, oscuros y dolorosos, pero sin regodearse en el dolor ni en el revanchismo, ni en tomar partido por bandos, momentos, etc., lo que otorga el protagonismo absoluto a Josefina Manresa, testigo y parte de una época, que nos cuenta su historia desde el sosiego que otorga el paso del tiempo, la poesía y el amor.
Con escenografía e iluminación de Manuel Ramos, se nos presenta una puesta en escena aparentemente muy sencilla, ya que la fuerza la propuesta se sustenta en el texto y en el trabajo interpretativo de Rosario Pardo, aunque hay algunos puntos a resaltar, que creo ayudan a encuadrar la conseguida naturalidad y cotidianidad de este entorno.